viernes, 13 de diciembre de 2013

Sinceridad onírica

El otro día soñé que le contaba a una amiga (que de paso sea dicho, no existe) que tenia los hombros muy contracturados y me dolían (eso, lamentablemente, si existe). Ella me apretaba un poco y me decía: huy si! tenes razón che, están re duros! a lo que yo le respondía: viste?!... mi infancia fue una verdadera mierda.

El Ojo Tragicómico

Empezó con un tic, si, en el ojo derecho, luego se le sumó algo así como una tímida devenida de conjuntivitis; de esas en las cuales el ojo se te pone medio molesto, medio lloroso y un tanto pegajoso...( pero vamos! con glamour, of course!, siempre con glamour, no sea cosa de que se me vaya a olvidar...) a todo esto el tic persiste, por ende mi ojo es algo asi como un chiste bizarro latiendo y lloriqueadome sobre cara. Bien... llego a mi casa, preparo té, y en la hazaña de intentar lograr introducir las gotas de infusión Adeeeentro de mi globo ocular me mancho... me mancho unas dos o tres veces, seguidas... ahora me chorrea té por la cara, el cuello y claro! la ropa! a la cual, por supuesto!, antes de seguir haciendo mis geniales intentos de "cura casera" tengo que ir a enjuagar para que no me quede toda manchada, mientras que de a ratos, y cuando le emboco, me tengo que poner algo así como un pañuelo anti enchastres protagonizado ni mas ni menos que por un repasador de cocina en la cara para que las lagrimas color marrón no sigan cayendo deliveradamente sobre mi. Y luego así simplemente sigue la cosa, aprendo a embocarle cada vez mas, y si se me cae té sobre el lompa a esta altura ya ni me importa. Es viernes a la noche, tengo un repasador en la cara, el ojo lloroso lleno de "Tick and Tea", la ropa toda mojada y estoy sola comiendo empanadas compradas mirando la niñera. Té end.